Angélica Aucapan, educadora mapuche: “Busco visibilizar que los Pueblos Originarios no son pasado, sino que son presente”
Niñez y sociedad de consumo conversó con la profesora de Historia y Geografía y educadora de Cultura Mapuche, Angélica Aucapan, sobre su trabajo, su trayectoria y su visión respecto de la educación intercultural implementada en los jardines infantiles y salas cuna de la región de Los Ríos.
¿Desde cuándo te desempeñas como educadora de cultura mapuche? y ¿cómo llegaste a trabajar en un jardín infantil?
Comencé a trabajar como educadora intercultural en el año 2016. Primero, como ELCI (Educadora de Lengua y Cultura Indígena) en un programa educativo de CONADI en convenio con JUNJI, y luego con INTEGRA, en el cual se insertó a educadoras mapuche en algunos establecimientos de educación inicial de la región de Los Ríos. En ese momento, éramos cuatro educadoras interculturales contratadas a través de ese programa, que pertenecíamos a distintos territorios. Este programa, se ejecutaba en el segundo semestre de cada año, en un jardín infantil designado por alrededor de seis meses, generalmente, en el segundo semestre.
Luego de eso, se abrió un concurso público convocado por JUNJI, porque necesitaban una educadora intercultural. Yo postulé, quedé en ese concurso y desde el año 2018 entré a trabajar a JUNJI como funcionaria a contrata.
En JUNJI, trabajo en un jardín infantil especíifico, por un periodo de dos o cuatro años, dependiendo de cómo se desarrolla la implementación de los contenidos interculturales en esa Unidad Educativa. Asimismo, buscamos un jardín que en primera instancia muestre interés por la temática intercultural mapuche, adecuándonos a las necesidades que presenta el jardín infantil y nosotras como educadoras; se intenta buscar el mejor ambiente para que podamos interactuar y trabajar la interculturalidad.
¿Cuáles fueron las motivaciones para dedicarte a enseñar lengua y cultura mapuche en un establecimiento de educación inicial?
Personalmente, como yo estudié Pedagogía en Historia y Geografía, la formación que tuve fue basada en la interculturalidad como concepto general. Y desde ahí nace el interés por proyectar lo que se puede realizar en educación. Luego, en estudios posteriores trabajé e investigué la temática relacionada con la implementación de la educación intercultural bilingüe en escuelas de educación básica. Eso es algo que aún tengo pendiente.
En ese tiempo, cuando empecé a estudiar la interculturalidad, por ejemplo, no había muchas escuelas que pudieran impartir la Educación Intercultural Bilingüe. Entonces, me llamaba la atención el cómo se estaba impartiendo la educación intercultural en estos establecimientos y visibilizar cuáles eran las problemáticas que tenían los y las educadoras interculturales en ese ambiente, en ese contexto.
Entonces desde ahí crece mi interés de seguir trabajando la interculturalidad. Y cuando se presentó esta opción de poder trabajar en los jardines infantiles,; acepté, ya que me parecía que los niños y las niñas son las personas capaces de hacer un cambio, porque no hacen diferencias. Entonces creo que es un ambiente muy apto para poder trabajar, para poder hacer esa transformación de la educación que es algo que a mí igual me importa mucho.
Además, al ser mujer mapuche, vi como una oportunidad el poder enseñar los saberes que se traen consigo, las cosas que se aprendieron desde la infancia, lo que una aprendió desde la relación con la naturaleza, el vínculo con la comunidad, el küme mongen, las formas de crianzas y más; y entre otras cosas, poder también llevar a un equipo educativo a reflexionar sobre la interculturalidad, que en ese sentido era súper importante poder trabajarla porque había muchas críticas, mucho sin sentido, digamos, sobre lo que es la interculturalidad.
¿Cómo se aborda el proceso de enseñanza con perspectiva mapuche en un jardín infantil ubicado en un área urbana y donde la mayoría de las familias no tiene un origen mapuche?
Desde la cotidianeidad, más que nada, y desde el territorio que es algo principal para entender lo que es la interculturalidad mapuche. Y de esa manera también apoyar el trabajo pedagógico que se hace en los jardines infantiles y concientizar sobre la diversidad, eso es, principalmente. Yo me propuse crear, orientar y desarrollar un método de trabajo que respondiese a estas necesidades, de este medio social, de este medio natural, también desde la mirada ética y desde la cosmovisión mapuche.
Personalmente, abordo la enseñanza intercultural mapuche buscando visibilizar en las unidades educativas la existencia de Pueblos Originarios, que no son pasado, sino que son presente., Que estamos vivas y vivos. Tanto los equipos como los niños, las niñas y sus familias, tienen derecho a reconocer las otras formas de vida, generando una comunicación simétrica entre las personas. Por otro lado, es necesario evitar la folclorización en las instituciones, en los jardines infantiles, en las escuelas sobre las prácticas y vida de los diferentes pueblos, generalmente, por el desconocimiento que existe, y también favorecer el rescate y el reconocimiento de las prácticas de la enseñanza mapuche desde la primera infancia. Eso me parece muy importante hacerlo.
Trabajar con niños y niñas que son del área urbana, siempre es un desafío, sin embargo, es también un gran aprendizaje. Porque los niños y niñas mapuche por ejemplo, están acostumbrados a sentarse alrededor, escuchar y mantener una conversación con nosotras. Y también están acostumbrados a la oralidad. Con los niños y las niñas que viven en la ciudad hacer este ejercicio cuesta un poco más, puede ser porque están habituados a los aparatos tecnológicos o la vida avanza más rápido, tal vez. Es necesario, entonces, trabajar con grupos pequeños, donde se sientan en confianza y te puedan ver como una persona que los escucha, que les brinda atención y que sus opiniones siempre son importantes. Lo que yo busco generar es un espacio de conversación donde todas sus historias relacionadas con las temáticas mapuche son consideradas, las reflexiones que hacen después de oír un epew, un piam o, simplemente, observar aves y animales del territorio son momentos memorables. Entonces en ese momento yo siento que aprendo de ellas y ellos también.
Esta estrategia intenta estimular su imaginación, el lenguaje y el mapuzungun. Por ejemplo, yo les presento en un epew (con muñecos creados por mi) a la rakiñ, al gürü, al sanwe, la pakarwa entre otras y niños y niñas ya se empiezan a imaginar la bandurria, ¿me entiendes? Entonces no necesito mostrarles una imagen de una bandurria porque ellos ya se la imaginaron o recordaron que la vieron en alguna calle o parque y las nombran en mapuzungun. Entonces la creatividad se desarrolla también con un relato o epew, que es una de las estrategias más utilizadas por las educadoras tradicionales.
Pero me parece que mostrándoles todo, ya no se produce este efecto, ¿no? Que es desarrollar esta creatividad, la imaginación, esta afectividad y empatía con los animales, con las personas, con sus compañeres.
Anteriormente, me contabas que desde el año 2018 has trabajando como educadora intercultural. En todos estos años, ¿cómo evalúas el programa y tu inserción en un establecimiento donde eres la única educadora de cultura mapuche?
Como yo siempre digo: es un proceso bastante lento. Bastante lento porque hay una mentalidad que está instaurada ya en las personas, no sólo en las instituciones sino que en la sociedad. Entonces, es difícil llegar con una propuesta distinta, más innovadora tal vez, porque están estacionadas en una sola mirada y con muchos prejuicios… respondiendo a muchas cosas a la vez.
Entonces, llegar a un lugar doónde en ocasiones no hay cabida para una persona que viene a mostrar una perspectiva distinta cuesta mucho. Cuesta mucho interactuar y también que vean la mirada tuya que va a ser muy distinta a la que tienen ellas o la que tiene la institución. Hay que estar siempre tratando de equilibrar esas sensaciones porque si no, no da resultado.
Hemos tratado con el equipo, también, de ver las posibilidades de que lleguemos a un jardín donde las condiciones y el ambiente sean saludables, porque en los primeros años fue muy difícil. Sufrimos discriminación, en un momento por ser mapuche. No había comprensión de la propuesta educativa intercultural.
Sin embargo, debo destacar que en los últimos años se ha podido realizar una experiencia intercultural bastante integral en la unidad educativa donde he trabajado. Incentivando la reflexión como parte fundamental de los equipos educativos, proponiendo miradas distintas y constructivas. Y que tiene que ver con la apertura mental a temáticas nuevas, con capacidad de observar y escuchar. Creo que cuando se genera este ambiente, se pueden hacer muchas cosas;, desde generar propuestas en conjunto, hasta integrar la interculturalidad en todos los espacios que la comunidad educativa genere. Siempre y cuando el equipo estée concientizado en una transformación de las relaciones culturales, sociales y educativas.
Creo que la figura de ELCI, de acuerdo a mi experiencia, muchas veces es ingrata, los procesos son lentos y cuando una cree haber conquistado -entre comillas- algunos lugares, hay otros que se pierden.
¿Consideras que es importante mantener las figuras de las educadoras interculturales en los jardines o se deberían buscar otras estrategias para implementar el programa de educación intercultural a nivel inicial?
Yo creo que son importantes, pero no de la forma como se hace hoy; porque cuando no hay una real comprensión del ejercicio educativo de una educadora o educador intercultural, no se pueden observar resultados del proceso educativo intercultural mapuche.
Entonces, yo creo que somos importantes, siempre y cuando nuestra incorporación a los jardines se haga con una mirada más crítica, que se trabaje con los equipos, con las personas que están a cargo también y que no nos vean solamente como una persona más que viene apoyar al equipo. Sino que te consideren como un agente transformador de la educación. Yo creo que ahí sería más importante la labor que hacemos a diario. Se verían muchos más logros. Porque, la mayoría de los y las educadoras contamos con competencias profesionales y además traemos consigo los saberes mapuche de cada territorio al que pertenecemos. Con capacidades investigativas que favorecen al mejoramiento y transformación de las experiencias educativas a través de la reflexión.
En el contexto de cambios sociales que vive el país ¿Qué temas se vuelven importantes a la hora de trabajar en educación intercultural?
El trabajo con las familias yo creo que es importante cuando se trabaja con la educación intercultural. En general la familia trae consigo ya una forma de vida y que es importante también tomar en cuenta en los jardines o en cualquier institución de educación. Así como la conversación que se puede llevar a cabo con ellas, con los niños y niñas también.
Bueno, la educación intercultural tendría que abordarse desde muchas aristas, porque también tenemos personas migrantes dentro de los espacios educativos y eso también es algo que está al debe todavía en 2021. Porque hace un tiempo comenzaron a llegar familias de otras naciones, especialmente, haitianas. Entonces, al abordar la educación intercultural en el actual momento, debiera haber alguna o algún facilitador lingüístico que trabaje directamente con las unidades educativas para responder, tanto a las necesidades de las familias migrantes, como a las del equipo.
Trabajar los estereotipos y prejuicios existentes en la sociedad es una labor educativa. La perspectiva de género igualmente es importante visibilizarla. El respeto a las diferencias, el diálogo Finalmente, poder avanzar a una educación integral y antirracista. Comprender que estas temáticas no se trabajan de manera aislada, sino que son parte de un complemento educativo.