Una experiencias desde Lago Ranco: Cotidianeidad, proceso de crianza, trabajo y prioridades

Manuel Muñoz Troncoso, es profesor de lenguaje trabaja en el Departamento de Educación en Lago Ranco y tiene 2 hijos de 6 y 2 años. Siente que los roles de género y la responsabilidad de Crianza junto a Victoria, su esposa, está bien distribuidos. El contexto de pandemia le implicó re ordenar sus horarios desde el teletrabajo para poder dar tiempo de calidad a sus hijes pequeños. Luego de algunas semanas se dio cuenta que era mejor apretar un poco las cosas del trabajo y hacer el esfuerzo de cumplir con algunos quehaceres de noche de modo de no estresarse “yo por lo menos prefería trabajar en la noche para no estresarme y en el día le dedicaba el tiempo a mis hijos y ayudándolo con sus quehaceres, y tratando de jugar con ellos. Para mi fue súper valioso porque pude estar mucho más tiempo con ellos, aunque igual conllevo ciertos niveles de stress. Igual da lata dejar la pega tirada y dedicarle tiempo a esto otro, pero por sanidad mental opté por eso”.

Aprendizaje: necesidad de estar

Haciendo una mirada general, cree que a muchos y muchas como él les pasó tener que optar, pues no se podía responder con todo “Tratando de hacer el esfuerzo de cumplir y además trabajar y además hacer la vida de familia. La cotidianeidad doméstica es bien complejo, bien estresante” plantea Manuel.

Es un hecho que faltan referentes para una crianza respetuosa que también contemple salud mental de los adultos cuidadores. Maternar, paternar para la actual generación es un desafío de cambio y adaptación.

Hace 3 años volvió a vivir en Lago Ranco donde es originario, luego de vivir algunos años en Panguipulli. Su familia también vive en esta localidad a orillas del Lago Ranco por lo que cuentan con redes de apoyo. Sin embargo la cuarentena con toda su nomenclatura de fases y plan paso a paso, llegó de manera tan sorpresiva como a todos. “Me tocaba trabajar por turnos porque la idea es que no hubiera tanta gente en la oficina. Hubo un período en que estuvimos haciendo teletrabajo y otro período que estábamos en la oficina”.

En retrospectiva recuerda esos meses y los ajustes que debió vivir en distintos planos de su vida. “Los primeros días de la pandemia estábamos todos más asustados y hubo períodos de la cuarentena que tampoco veíamos mucho a la familia, estábamos el núcleo más duro. Eso también trajo complicaciones cuando hubo que compatibilizar el trabajo con este tiempo de cuarentena. Teniendo que estar en una reunión y los hijos demandándote atención, tiempo” Se imagina que si su situación tuvo tensiones como debe haber sido para aquellos padres o madres que tenían niños en escuela virtual.

Sacando los aprendizajes, le gustaría que “de acá en adelante me gustaría que de verdad avancemos respecto al tiempo que necesitan los niños y que sea de calidad. Uno pudiera considerar que yo que vivo en una comuna pequeña donde salgo a las 5 de la tarde del trabajo y me demoro con suerte 10 minutos en llegar a mi casa. Tengo un tiempo de calidad para estar con mis hijos y para irlos a buscar al colegio porque es cerca. Yo puedo estar constantemente con mis hijos y durante la pandemia lo pude hacer todavía más. Entonces me gustaría que de aquí en adelante pudiéramos de verdad avanzar en eso de tener más tiempo para la familia. En esta nueva etapa política que estamos viviendo, que avancemos en eso de mejorar nuestra calidad de vida”. El bienestar para Manuel debiera comenzar a otorgarle la centralidad que merece “la calidad de vida que las grandes urbes no te las dan. Me gustaría que cuando pase el tiempo pudiéramos tener esa capacidad de ver que el tiempo con la familia es importante, de que es fundamental de que estemos más juntos, con los núcleos que uno quiera, la familia derrepente no es necesariamente la familia sanguínea. Poder estar con ellos y que eso lo valoráramos como sociedad y como humanidad”.

Conectividad y asimetrías

Manuel trabaja desde 2018 como profesional de apoyo en el área técnico pedagógica en el Departamento de Educación de la Municipalidad de Lago Ranco. “Los Departamentos de Educación sobretodo en una comuna como la nuestra, son bastante polifuncionales. En un año normal me tocaba visitar los colegios de las distintas comunas, en distintas áreas, pero especialmente en fomento lector que es mi área. Visitaba los colegios constantemente, pero también desde la oficina haciendo labores administrativas”.

Decanta que en lo laboral uno de los principales desafíos fue el uso de las tecnologías para poder trabajar y las reuniones a través de plataforma. “Hubo que acostumbrarse a eso, pero además desarrollar el hábito de este tipo de comunicación”.

Habiendo, al parecer, pasada la emergencia más fuerte por COVID 19, hay ciertos aspectos en que el vaso queda de la mitad más llena, luego de cuarentenas en los últimos años. “Las reuniones siempre eran mucho más complejas por las distancias. Nosotros vivimos en una comuna chiquitita y que está media escondida, es mucho más fácil conectarse con la gente de Valdivia, la Unión, Río bueno, porque nos podemos reunir por internet mucho más rápido. Una vez sorteadas las dificultades, ha sido una buena forma de sortear la comunicación”.

Al tratar de dar soporte metodológico y administrativo a las escuelas evidenció los fuertes problemas de conectividad tanto para estudiantes como para profesores. Le tocó gestionar muchas soluciones tecnológicas, como por ejemplo, compra de tablet para los profesores en función de que ellos y ellas pudieran hacer su trabajo. “Las soluciones tecnológicas tardaron porque las compras en el Estado no son muy expeditas, entonces tardamos mucho tiempo en darle solución a esas necesidades.”

Como comenta el docente, en lago Ranco hay un radio urbano donde supuestamente no debiera haber problemas de conectividad, pero está el otro punto que tiene que ver con que las familias cuenten con los recursos económicos para pagar un plan de una empresa de telecomunicaciones para tener el servicio de internet.

Otro aspecto que puso en aprietos a muchos educadores tuvieron que actualizarse aceleradamente en el uso de plataforma y eso ocurrió no solamente en los más mayores. “Nos creíamos tecnológicos, pero no lo eramos tanto”

Como dice el verso “si maoma no va a la montaña, la montaña va a maoma” y los furgones que antes transportaban niños que iban a escuelas del DAEM, ahora llevaban funcionarios que iban con el las guías impresas que los niños necesitaban. Esta fue la forma que encontraron en parte para ir acompañando el proceso formativo de niños y niñas.

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